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¿Eres de los que al cortar una loncha de jamón retira la grasa para no comérsela? Desde Jamones Vallejo sentimos decirte que estás cometiendo un verdadero error. Y es que, aunque no lo creas, la grasa del jamón es sinónimo de calidad. De hecho, es imprescindible para disfrutar de un mejor sabor y mayores aportes nutricionales. Si quieres saber más sobre el tema, estás en el post adecuado. ¡Te ayudaremos a reconducir tu camino!
En primer lugar, queremos ayudarte a diferenciar los diferentes tipos de grasa que puedes encontrar en un jamón. De este modo sabrás cuál es comestible y cuál no.
Por un lado, tenemos la grasa intramuscular. Esta es la encargada de conseguir que mejore el brillo del jamón, el veteado e incluso la intensidad del sabor. Se encuentra en el propio músculo y, a más presencia, mayor jugosidad.
Grasa intermuscular. Por otra parte, tenemos esta grasa que aparece en los distintos grupos musculares. ¿Y si te decimos que se trata del tocino? Efectivamente, es la grasa que mejora la calidad de la pieza. Eso sí, siempre que la cantidad esté moderada y acompañada de músculo. ¡Te dejará un sabor insuperable!
Por último, tenemos la grasa de cobertura, que está unida a la corteza del jamón. Exacto, es la zona no comestible y de tono amarillento, pues su sabor es de lo más intenso. Eso sí, su función no deja de ser importante, cubriendo la pieza y evitando que se reseque.
Sí, un jamón con grasa es sinónimo de salud. Del total de grasas que puede contener una pieza, alrededor del 70% son insaturadas, siendo muy beneficiosas.
Además, hay que tener en cuenta el alto aporte en proteínas, vitaminas B1, B6, B12 y E y minerales como el calcio, magnesio y fósforo. ¡Como para no quererla!
Por otro lado, conviene indicar que la grasa del jamón tiene unos niveles de ácido oleico entre 55% y 60%, ayudando a aumentar el colesterol bueno y reducir el malo. Por lo tanto, se convierte en un alimento cardiosaludable, por encima incluso de la carne de vaca o de cordero.
Ahora que tenemos en cuenta todo lo anterior, también podemos emplear esta grasa como complemento para enriquecer platos en aroma y sabor si no te gusta consumirla directamente con la pieza.
Un ejemplo de ello es añadirla a la cocción inicial de un plato para que sea absorbida y disfrutar así de un aroma insuperable.
También puedes optar por cortar en láminas finas y añadirlas a tu pasta, verduras a la plancha e incluso pizza. Y no sólo eso, si fríes la grasa y añades un peque de pimienta y aceite tendrás una mezcla ideal para ensaladas.
Como puedes comprobar, la grasa del jamón no sólo es saludable, también es versátil para todo tipo de ocasiones especiales. ¡En Jamones Vallejo sólo te traemos productos y consejos de calidad!
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