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Para que un jamón sea ibérico debe de proceder de cerdos de raza ibérica, autóctonos de nuestro país y que no se encuentran en otros lugares del mundo. Ahora bien, dentro del ibérico hay diferencias en cuanto a su alimentación y crianza, de ahí que podamos encontrar en el mercado una clasificación por etiquetas del jamón ibérico.
En Jamones Vallejo, contamos con diferentes jamones de raza ibérica clasificados según su procedencia y alimentación, han sido secados bajo un riguroso proceso para obtener su mayor calidad y sabor. A continuación, haremos un repaso de las etiquetas del jamón ibérico.
El etiquetado del jamón ibérico se rige por dos vías de clasificación: la primera según su porcentaje de raza ibérica; y la segunda según su alimentación.
En cuanto al porcentaje de raza, el Real Decreto 1469/2007 establece las siguientes diferencias:
Otra manera de clasificación es según su modo y tipo de alimentación. Cuanto más libre haya sido criado el cerdo ibérico y alimentado con bellota mayor categoría poseerá. Conozcamos los diferentes alimentos:
El sistema de precintos para denominar al jamón ibérico es una apuesta del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para ofrecer al sector la máxima garantía de seguridad y calidad en todos sus productos, desde la crianza hasta el secadero.
Según esta normativa, un jamón para ser ibérico no debe proceder genéticamente de un 100% ibérico, sino que se permite que todos los jamones con un porcentaje mayor al 50% sean considerados ibéricos. Es decir, aquellas piezas que provienen de animales cruzados entre raza duroc y raza ibérica, también se le etiqueta como jamón ibérico.
La introducción de los precintos de colores para clasificar al jamón ibérico nos da mucha información acerca de su procedencia y alimentación. Conozcamos cuáles son las etiquetas del jamón ibérico:
El ibérico de precinto negro indica que el jamón procede de un cerdo 100% ibérico que ha sido alimentado en dehesas con bellotas.
El ibérico con precinto rojo indica que son jamones procedentes de cerdos con un porcentaje de raza ibérica del 75% o 50%, donde parte de su alimentación y crianza ha sido en dehesas.
Los jamones de precinto verde son ibéricos 100% o cruzados que han sido alimentados a base de cebo de campo y criados de manera intensiva con zonas al aire libre para consumir productos de la dehesa.
Un jamón con precinto blanco procede de un cerdo 100% ibérico o cruzado criado de forma intensiva y alimentado a base de piensos.
El de mayor importancia como hemos visto es el jamón ibérico con precinto negro porque indica que es 100% ibérico. El resto de precintos debemos de mirar su color y también el porcentaje de raza ibérica.
Tener en cuenta la vista o el paladar a la hora de probar un jamón 100% ibérico no es todo para conocer qué calidad tiene esa pata. Si no también debemos de fijarnos en el precio.
Un precinto negro oscila entre unos 25 € los 100 gramos de productos; precinto rojo 15 €; precinto verde 12 € y precinto blanco 8 €. Hablamos de precios aproximados, todo dependerá de la denominación de origen, tratado, premios, etc.
Esperamos que os haya servido de utilidad este artículo y ahora conozcáis aún más cómo leer las etiquetas del jamón ibérico. Os dejamos un enlace a nuestra página para que conozcas los mejores jamones de la Alpujarra, Jamones Vallejo.
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